Cuán terrible que es la vida por defecto
cuando uno ha decidido reprogramarse.
Ignoro dónde radica la dificultad,
pero como engranajes que giran en falso,
hay cosas que no terminan por marchar.
Tal vez remover a cero las expectativas
acerca de los modelos en que deseamos convertirnos
haga las veces de anestesia local para retomar la Senda...
Porque he ahí el defecto de vivir por defecto:
Venimos con una serie de programaciones que aseguran
nuestra superviviencia a costa de convertirnos en animales
la mayor parte del día.
Y la reprogramación actual que viene bombardeando sostenidamente
el pensamiento individual, la capacidad de prestar atención y demás
atenta directamente contra las chances de encontrar, y más aún,
de poder imbuirnos de la fortaleza para seguir nuestra Senda.
Para poder ser alguien mejor es necesario dejar de vivir por defecto.
Reprogramar lo que quede de nuestros circuitos y sistemas
para alcanzar un mejor rendimiento general, aunque eso implique
tener choques y roces con las maquinarias de los demás...
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