Recuerdo la primera vez que oí el término, años atrás, y el desdén que me produjo.
"Inktober... ya no saben qué inventar..."
Quién podría haber adivinado que dicho invento
me permitiría reinventarme desde cero, abocándome
al estilo pictórico que más me atrae, el entintado.
Espoleado por el deseo de reprogramar ciertos hábitos y emociones negativas, volví a toparme con el Inktober, y dejé de lado mi escepticismo para abocarme a hacerlo. Si bien "dibujaba" todos los días, jamás lo hice de forma diaria o siguiendo una lista, algo naturalmente atractivo para mi persona.
De hecho estaba tan entusiasmado que simplemente
me largué a la labor sin siquiera haber leído la lista.
Luego sí, ocurrió la magia.
La magia de dejar que los dibujos se demoraran,
la magia de fingir interés en otras cosas para justificar dichas demoras,
la magia de darme cuenta de que estaba, artísticamente hablando,
ahogándome en un vaso de agua hace años y años.
Y me demoré.
Algunos días entregaba dos trabajos juntos,
otros días pasaban completos sin que subiera ningún trabajo,
porque algunos de ellos me llevaban varios días.
Estaba inspirado, pero también dolido, resentido,
y bastante reprimido. Todavía buscaba coincidencias cósmicas
para tener una razón o un propósito para hacer las cosas, tras tantos años
de decepciones, engaños, traiciones y utilitarismo.
Todavía miraba mis trabajos de antaño, admirado por el esfuerzo y la dedicación de mi yo pasado. El Inktober vino a romper con eso, con una premisa sencilla y sin embargo cautivadora que ha dejado a su ideador, Jake Parker, en el camino, no sin antes dejar un claro manifiesto acerca del asunto.
Y tras tantos días espoleado por un desafío a nivel mundial -y un requisito mínimo de esfuerzo para alguien que se dice Ilustrador Freelance-, ocurrió la Auténtica Magia.
La Auténtica Magia de volver a abrazar lo que uno ama hacer,
y simplemente hacerlo sin pedir permiso, autorización o atención a nadie.
Al ver que todos los días fluían multitudes de ideas que me abocaban al surrealismo, un estilo que terminó por definir parte de mi obra en el presente y al que nunca había examinado en detalle de forma consciente, multitud de líneas fluían sin esfuerzo, en un principio contemplando tamaños y títulos y nombres de archivo, otras veces simplemente abriendo el programa y largándome a dibujar.
Hoy han pasado 9 días de la edición 2021, y me encuentro por primera vez escaso de ideas para la consigna de hoy... "Pressure". Así como escaso de justificaciones para todo el tiempo que dejé pasar y estropeé mi propia rutina de lectura diaria, escritura diaria y trabajo editorial.
Si eso no es presión... vamos a ver qué sale.
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