Más de noventa horas conteniendo el
aliento,
esperando el momento apropiado,
explorando mapas de ida y
vuelta,
escuchando y leyendo decenas de historias,
intentando ensamblar un rompecabezas imposible...
...Pero más importante aún, más de noventa
horas desafiando mi perspectiva
del mundo moderno: del futuro y sus actores, del pasado y sus lecciones,
y de la cada vez más presente atmósfera de conspiraciones, paranoia y
tensión civil tan propias de nuestros días.
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Trascendiendo la humanidad de a una pieza a la vez. |
Siempre mejor definida por sus ambiciones que por sus resultados, este tercer episodio en la franquicia Deus Ex no decepciona. Lanzado en el año 2000 tras cuatro años de desarrollo, el primer juego cimentó el concepto de simulación inmersiva y gameplay emergente al que apuntó Thief: The Dark Project en 1998 -que a su vez alimentó las raíces de la serie Shock, contribuyó a la segunda iteración de la franquicia Fallout, y posiblemente también haya inspirado al Walking Simulator como género (Stanley Parable, Dear Esther) en los trucos empleados para darle credibilidad y vida a su mundo. Bajo ninguna circunstancia son logros menores.
No es casualidad que, pese a su edad en el apartado gráfico y en lo ligeramente arcaico de algunas de sus ejecuciones, el título debut de la franquicia siga considerándose uno de los mejores, sino el mejor, videojuego de PC de todos los tiempos.
No es casualidad que una devota comunidad de jugadores haya creado, refinado y perfeccionado mods para mantener viva y vigente la experiencia para futuras generaciones desde hace al menos veinte años.
Mucho menos es casualidad que la premisa de su argumento -"todas las teorías de conspiración son ciertas"- siga fascinando a las mentes contemporáneas aficionadas a la lectura, y que su naturaleza lúdica respetando -y desafiando- al jugador apoyada en los pilares del game design siga ofreciendo satisfacciones en estos tiempos.
Y si bien no lo he jugado -aún-, he leído y visto los suficientes documentales, artículos y entrevistas como para percibir esa misma influencia en su precuela -lanzada en 2011- y auspiciada por Square-Enix: Deus Ex: Human Revolution.
Decidí que dejar pasar once años -o nueve, que es la versión Director's Cut que jugué- para aproximarme al título y juzgarlo en un mundo post-Cyberpunk 2077 -el juego que debía superarlo y acabó decepcionando al mundo entero-, post-Mankind Divided -su secuela minada de intervención ejecutiva y posible Síndrome de Half-Life 3-, y post-apocalíptico, como el que parece, se nos viene encima en 2022.
Y considero que sí; valió la pena esperar a madurar para jugarlo, y vale la pena recapitular las razones para recomendarlo.
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"La Tecnología nos ofrece Fuerza, la Fuerza permite el Dominio, y el Dominio abre el camino para el Abuso." |
Deus Ex: Human Revolution es, como sus predecesores,
un título que propone mucho más que una distracción,
y que por cada una de sus debilidades compensa con
un impresionante nivel de ejecución en atmósfera, ambiente y
-por sobre todas las cosas- ideas profundas que ponderar durante años y años.
Si la respuesta está en las preguntas, Human Revolution se asegura de brindar las más importantes, con el suficiente lugar para que el jugador complete con su imaginación. Como era en un principio, cuando la idea y la experiencia superaban el espectáculo o la fidelidad audiovisual que gobierna a la industria AAA moderna.
Y considerando el año en que transcurren los eventos de su historia, Human Revolution sirve también de ventana hacia la sociedad que, posiblemente, habitaremos si decidimos seguir cometiendo los mismos errores que nuestros ancestros.
Continuará.
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