Hoy es uno de esos días en que no hay nada que hacer, porque todo está perdido.
Dando vueltas en la cama; dando vueltas por la casa; dando vueltas por la mente.
No se cumplió UNA sola promesa. De NADA.
Me siento increíblemente frustrado conmigo mismo y furioso con los demás.
Todos en piloto automático, hedonistas, mentirosos, básicos, adictos al celular, adictos a Netflix, adictos al status, adictos a la pereza, adictos a sus ombligos, adictos a la manipulación, adictos a la cocaína, adictos al sexo.
Como un pozo séptico, abundan y desbordan el mundo, llenándolo de cosas a medio digerir, flotando a la deriva.
Por qué me molesta todo ésto?
No sé. Sólo se que me molesta lo suficiente como para vomitarlo acá, evitando darle puñetazos a la pared.
Crear un mundo en el cual vivir bien
parece más fácil solo que mal acompañado.
Porque los adictos no están con vos por lo que sos,
sino por lo que les podés brindar.
Y cuanto más pasa el tiempo,
tanto más concluyo que si no buscás lo que sos,
te conformás con lo que los demás te pueden brindar.
Y esa sí que es una vida de mierda.
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