Y arrancó con ideas y pensamientos previos,
con un temprano planeamiento y demás cosas
que hicieron que cobrar marcha fuera más sencillo.
Desde luego que esto se suma a la lista de compromisos diarios,
los cuales enfrentamos firmes como estatuas.
De la misma manera que soportamos el temporal,
impasibles, de cara al cielo, los ojos sobre la tormenta,
posados en el dintel más alto de lo más alto de Castillo.
Arranca Inktober, que desde 2019 viene marcando mi camino como artista, en un momento muy diferente al de aquellos años, hoy tan lejanos en el ajetreo acelerado de la memoria.
Hoy hice Día 1 y Día 3 completos, además del 75% del día 2 y el boceto final del día 4.
Ya tengo la idea para el día 5, el 7 y el 9 en bruto, pero no decidí nada para el día 6.
Hoy en ese mar febril de líneas, ideas y pensamientos que iban manifestándose en la hoja, recordé el ritmo semanal de 19 páginas de un mangaka profesional, y cuánto me falta aún para lograr tamaña cantidad de trabajo en el curso de 5 días.
Todavía restan 30 días; quedan varios planes por delante.
Y queda muchísimo trabajo por entregar.
Esto recién arranca.
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