"[...]Tengo severos problemas de comunicación
con la gente que me importa.
Comiéndome la cabeza para mostrar
que mi labor es más importante que yo mismo,
acabo por separarme a la fuerza -de eyectarme-
de las personas que me despiertan sentimientos encontrados.
Porque ésta es la crux
de toda la cuestión que me hace ruido:
cada uno quiere, aprecia y se aferra
a aquello que desea, y sólo a eso
que genera cierta persona,
más no a la persona que en sí misma lo genera...
Es como perseguir la luz
sin reparar en la estabilidad de su fuente.
Sin deseo no hay amor, aparentemente.
Es una situación que a mí mismo me genera pantallazos de perplejidad.
Incapaz de comprenderlo -o simplemente tomarlo por lo que es- me distancio. Sintiéndome rechazado de antemano y sin confirmación de terceros, me aparto.
Lo hice toda la vida... "Si realmente le importo, va a venir".
Y la verdad es que eventualmente, se fueron todos.
Y al final del día, de los que uno esperaba, no vino ninguno.
Y los que iban a venir, cancelaron o se esfumaron.
Y los que vinieron, se robaron lo que pudieron, y luego se fueron."
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