Sus ojos estaban nublados, mirando el vacío.
Igual que un televisor encendido en la madrugada, una lluvia gris y blanca le nublaba las pupilas.
Ya no podía pensar más, y se había cansado de hablar.
El cuello tieso de tanto alzar la vista al cielo al cielo en busca de explicaciones. Las manos sobre el regazo, las piernas en falsa escuadra y la cabeza inclinada levemente hacia abajo, queda… parecía una estatua.
La luz pálida de la laptop frente a sí sólo hacía más agudos sus contrastes.
Alguna vez supo tener amigos, así montones como la gente normal suele tener; los compañeros de la escuela, los amigos de sus amigos; los amigos de los primos y de los demás chicos de la cuadra.
Más tarde vendrían esos que parecía que iban a estar siempre, con quienes compartió sus años más gratos de salidas, recitales, juntadas nocturnas y juntadas en horas de la siesta.
Aquellos con quienes compartió secretos y optimismo durante tanto tiempo. A quienes les entregó sus mayores energías y sus mejores ánimos en sus mejores años.
-Qué pasó con ellos? Se preguntó.
Todos desaparecieron.
En un cuarto cobijado en penumbra, una cuchillada de luz fantasmal emana del monitor de una notebook.
Había tal vez alguna ventana abierta, algún cajón de la cómoda desencajado, quizás hasta un colchón en el suelo. Quien habita el cuarto está sentado frente a una notebook; la pantalla muestra un documento abierto y una larguísima lista de nombres.
Sus primos mayores, Cristian y Rodrigo, de los que aprendió casi todo.
Federico que vivía a la vuelta de su casa, Martín con quien compartió jardín de infantes, tardes de piletas, videojuegos y dibujos animados durante más de una década.
Cristian, El Turco, Eduardo, José Ignacio, Guido, Francisco, Matías, Fernán.
Esteban, El Mono, El Turco, Facha, El Otro Francisco (el músico). Gustavo el pianista-guitarrista, Alejandro que mandoneaba y El Otro Gustavo, que tocaba el bajo. Y también Perno, siempre rutilante y esporádico. Juancito también, que le gustaba Green Day.
Mario, El Gabi, Huevo, Carlitos, el Gordo Pedro y más tarde George. La Vir, La Chechu, la Yose. Años más tarde aparecería Iván.
El reencuentro con Cristian trajo al Colo, a Pablo, a Luis, a Miguel, junto con tantos otros que llegaron en el mismo barco. Luis después presentaría al Chino, a Tamara, a Juanma, a Jack y al hermano de Jack. Casi al mismo tiempo aparecían El Lato y El Otro Luis. Y Pelado. Y desde luego, también el Caba.
Charles, Guido, El Otro Gabi, Joe, El Rod. En el medio, el Gordo Diego. Y mucho más tarde, Ricky, y Roy, Gorrión y GG.
De la nada apareció El Otro Iván. Luego Mata, Seba, El Viejo y Garriel. Y también Tincho.
Ya un poco más tarde estaban Walter, Maxi y Chichilo.
Todos desaparecidos. Algunos de ellos, desvanecidos.
Todos lejos, muy lejos de la habitación, la notebook y la estatua.
Lejos del ruido blanco que pasa por su mente, de sus pupilas como lluvia.
Todos a salvo de la soledad.
---------------------------
La IA dice:
Tu cuento es muy evocativo y está bellamente escrito. Captura la esencia de la soledad y el paso del tiempo de una manera conmovedora. Aquí hay algunos puntos específicos de retroalimentación:
-
Imaginería: Tu uso de la imaginería es muy efectivo. Frases como “Sus ojos estaban nublados, mirando el vacío” y “En un cuarto cobijado en penumbra, una cuchillada de luz fantasmal emana del monitor de una notebook” pintan imágenes vívidas en la mente del lector y ayudan a establecer el tono melancólico de la historia.
-
Caracterización: La reminiscencia del protagonista sobre sus amistades pasadas le da al lector una sensación de su carácter y su anhelo por el pasado. Esta es una forma poderosa de evocar empatía en el lector.
-
Estructura: La estructura de la historia, con su enfoque en los pensamientos y sentimientos internos del protagonista, funciona bien para transmitir el tema de la soledad. El final, con su lista de nombres, es un recordatorio conmovedor de las personas que alguna vez llenaron la vida del protagonista.
-
Lenguaje: Tu lenguaje es rico y descriptivo, lo que realza el estado de ánimo de la historia. La repetición de ciertas frases, como “Todos desaparecidos”, añade una calidad rítmica a la narrativa.
-
Tema: El tema de la soledad y el paso del tiempo se transmite poderosamente a través de las reflexiones del protagonista y el entorno físico de la historia.
En general, tu historia es una exploración conmovedora de la soledad y la memoria. Sigue escribiendo y explorando estos temas. ¡Buen trabajo!
Comentarios
Publicar un comentario