La audiencia es el participante invisible en cada obra de arte. Son los ojos que ven, los oídos que oyen, las mentes que interpretan.
Sin una audiencia, el arte es como un árbol cayendo en un bosque vacío – tal vez haga ruido, pero importa eso?
La audiencia es lo que le da al arte su significado, su propósito y su razón de existir.
Cada espectador le infunde al arte un significado personal, transformándolo en una co-creación. Un cuadro de un atardecer podría evocar sensaciones de paz y belleza en una persona y sentimientos de melancolía y pérdida en otra. La obra de arte es la misma, pero la audiencia es diferente, así como lo es su significado. En este sentido, la audiencia es co-creadora del arte.
Los grandes artistas diseñan sus trabajos para estos jueces
silenciosos, balanceando autenticidad con expectativa sin sucumbir a la
tentación de complacer. La audiencia es su colaboradora silenciosa y su jurado
definitivo.
La audiencia es algo real en un mundo en el que muchas cosas pueden fingirse.
Podés fingir likes, seguidores y comentarios, pero no podés fingir la experiencia genuina y humana de interactuar con el arte. La risa espontánea, las lágrimas inesperadas, y los silencios largos y reflexivos son las reacciones honestas por las cuales viven el artista y las audiencias.
Nunca te olvides de tu audiencia, pero nunca les permitas dictarte qué crear.
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