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Creemos que cuanto más información consumimos,
mayor comprensión adquirimos.
Sin embargo, la mente no funciona así.
Cuando el volumen
de información aumenta,
nuestra capacidad para separar lo relevante
de lo irrelevante se ve comprometida.
Ponemos demasiado énfasis en datos
irrelevantes
y perdemos de vista lo que realmente importa.
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“No hay escasez de buenos días.
Lo que escasea son las buenas vidas.
Una
vida de buenos días vividos con los sentidos
no es suficiente.
La vida
de la sensación es la vida de la codicia;
requiere más y más. La vida
del espíritu requiere menos
y menos; el tiempo es amplio y su paso es
dulce.
Quién llamaría a un día pasado leyendo un buen día?
Pero una
vida dedicada a la lectura —esa es una buena vida.”
— Annie Dillard, The Writing Life
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Grandes ambiciones, bajas expectativas y altos estándares
son una combinación poderosa para vivir tu mejor vida.
Las ambiciones te empujan hacia adelante
cuando el avance se dificulta.
Te conectan con algo más grande.
No podés tener una vida significativa sin una conexión
con algo más grande que vos mismo.
Realidad menos Expectativas = Felicidad.
Nunca serás feliz a menos
que tus expectativas sean superadas.
Si pensás que el mundo te debe algo,
terminarás decepcionado. El mundo no te debe nada.
No podés quedarte sentado esperando a que el mundo
venga y te entregue lo que creés que te mereces.
Si querés que algo suceda,
tenés que tomar la iniciativa.
Sé positivo y ve primero.
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