La pérdida es la asesina silenciosa de los negocios.
Es la fuga lenta, el constante goteo de clientes alejándose, de usuarios yendo en busca de algo nuevo.
El desgaste corroe tu crecimiento, obligándote a correr para permanecer en el mismo lugar.
El problema con las pérdidas es que a menudo están ocultas. No es como una crisis que capta tu atención.
Es un proceso lento y silencioso que ocurre por detrás.
La pérdida puede representar una oportunidad. Como una serpiente mudando la piel, reemplazar componentes de un sistema es una forma natural de mantenerlos en buen estado. Las partes nuevas pueden mejorar la funcionalidad.
Pero he aquí lo que resulta contra-intuitivo: un poco de pérdida es saludable.
Los empleados nuevos traen nuevas ideas; los nuevos clientes traen nuevas oportunidades. Reemplazar lo que se ha desgastado genera nuevas oportunidades.
Un poco de pérdida es inevitable.
Demasiada puede matarte.
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