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Lo que
parece éxito a menudo es sólo paciencia.
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"…las
flexiones de brazos y otros ejercicios sencillos tienden a alentar a la gente a
ser conscientes de lo que el cuerpo puede lograr, no de la imagen corporal en
sí. La conciencia implica ver una conexión entre la forma en la que vivís y lo
que ocurrirá después, y comportarse adecuadamente."
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"El
síndrome de aversión al fracaso es una condición socio-fisiológica común e
incluso normal que hace que asociemos productividad y valor a la concreción de
tareas conocidas, mientras evadimos intentos que probablemente conduzcan al
fracaso. La evasión del fracaso es, en pocas palabras, una combinación de
condicionamiento para el éxito y química cerebral, y nos lleva a sentir que
empezar de un buen lugar conocido es más valioso.
Este fenómeno se debe, no en menor parte, a cómo nuestros cerebros, en respuesta al
placer de concretar con éxito una tarea recompensada, liberan químicos
eufóricos que refuerzan con solidez el comportamiento que llevó al éxito.
De forma
similar, la decepción y la amenaza que a menudo se asocian con el fracaso
resulta en nuestros cerebros liberando un conjunto distinto de químicos que nos
disuaden de seguir cometiendo errores (incluso, y especialmente, cuando hay
nuevos intentos valiosos) que puedan poner en jaque nuestra seguridad,
aceptación social, y bienestar."
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