Si los pequeños cambios generan grandes resultados,
por qué entonces nos es tan esquivo el éxito?
La respuesta queda condensada a una sola palabra:
disciplina. No mucha gente tiene una disciplina consistente
cuando las cosas van bien. Mucha menos gente en tiempos de
stress.
Cualquiera puede hacer algo una vez.
No todo el mundo puede hacerlo consistentemente.
Comer un almuerzo saludable es algo común.
Comer saludable toda la semana no.
Ejercitar de vez en vez es común.
Hacerlo varias veces a la semana no.
Irse temprano a dormir una vez es fácil.
Hacerlo toda la semana no lo es.
Posicionarte para éxitos futuros es simple, pero no es sencillo.
La parte más difícil es la disciplina requerida para hacer cosas
típicamente ordinarias por un extraordinariamente prolongado
período de tiempo, incluso cuando los resultados sean apenas visibles.
Cuando la gente dice que necesitás amar el proceso,
a esto es a lo que se refieren. Podés hacerlo cuando es difícil?
Podés hacerlo cuando otra gente se detiene? Podés hacerlo
cuando los resultados no están a la vista?
Ponerte en una posición para tener éxito es simple. Hacerlo día
de por medio es difícil. Los resultados extraordinarios
provienen de gente común con una disciplina poco común.
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