Cómo tomar decisiones inteligentes sin depender de la suerte
[Parte I | Parte II | Parte III]
No todas las decisiones son importantes.
La mayoría de estas, como prepararse un sándwich o comprar uno hecho, son irrelevantes. Las consecuencias de estas decisiones no importan.
Sin embargo algunas decisiones son críticas – cambian nuestras vidas. Ya sea en quién confiar, dónde vivir o con quién casarse, estas decisiones reverberan durante años.
Y aún así la mayoría de nosotros no tiene las habilidades adecuadas para explorar estos problemas. Como resultado de esto, a menudo caemos en la lista de cosas positivas y negativas, en donde anotás los pro en una columna y los contra en otra.
Si bien esto es útil cuando uno decide qué va a almorzar, este método tiene un montón de puntos ciegos.
La gente inteligente toma decisiones terribles
Gente que puede considerarse ilustrada puede tomar decisiones terribles. Miremos, por ejemplo:
- Napoleón decidió invadir Rusia (y Hitler lo hizo después 130 años más tarde).
- Un editor decidió publicar el libro de O.J. Simpson If I Did It.
- La decisión de la NASA de ignorar los problemas de O-ring del Challenger.
- El fallo notable del presidente Kennedy de continuar la operación militar de la administración anterior (un error del que aprendió rápidamente).
- Margaret Thatcher decidiendo avalar una "ley de impuestos electorales" que la llevó a ser desbancada por su propio partido.
- Juergen Shrempp, el CEO de Daimler-Benz, decidiendo fusionarse con Chrysler a pesar de la masiva oposición interna y la historia general de los contratos de esa naturaleza.
- …y mil casos más…
Estas fueron decisiones catastróficas hechas por gente que, de una manera u otra, eran tomadores de decisiones profesionales. Tenían credenciales y un juicio impecables, y aún así tomaron decisiones pésimas debido a un pésimo juicio, a unas representaciones mentales del mundo muy limitadas, o a lisa y llana estupidez.
Preparación Inteligente: El Mundo es Interdisciplinario
Vivimos en una sociedad que exige especialización. Ser el mejor implica ser un experto en algo. Cartas a tu nombre y décadas en las trincheras de la experiencia son requisitos antes de proclamarse conocedor de nada. En cierto sentido no hay nada de malo con esto – el conocimiento especializado hace falta para resolver problemas y afianzar nuestro potencial global. Pero un sub-producto de este foco específico es que hace más angostas las maneras en las que pensamos que podemos aplicar nuestro conocimiento sin ser tildados de fraudes.
Así que pensamos que los médicos no pueden enseñarnos acerca del amor, los matemáticos no pueden darnos instrucciones para administrar un negocio; los poetas no saben nada acerca de "mi vida." Y los bloggers no contribuyen a la filosofía.
No creo que esto sea así.
El conocimiento es difícil de apropiar.
Lleva trabajo y compromiso, y creo que nos debemos el sacarlo de la caja en la que viene embalado y experimentar con él. Tendríamos que deshacernos del conformismo aplicar todo el conocimiento de nuestro inventario a los problemas y desafíos que enfrentamos a diario.
Pensalo. Con el paso del tiempo fuiste recabando varios principios acerca de cómo opera el mundo. Tal vez hayas leído un libro acerca de el Proyecto Manhattan y la construcción de la bomba nuclear que fue lanzada en Hiroshima. Esta historia transmite el increíble poder de las reacciones nucleares auto-sustentables.
Alguna vez pensaste en aplicar esas ideas a tu vida?
Deberías.
Continúa en Parte III.
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