Hacer las paces con la estupidez de la estirpe humana es una lucha. Estoy cansado de los mediocres que dicen "vivir bien". Estoy cansado de los incapaces de prestar atención. Estoy cansado del descuido, de la falta de profesionalidad, de la incapacidad de mantener la palabra. Pero sobre todo estoy cansado de cargar con emocionalidades ajenas. Está claro que no me doy a entender con claridad. Sea porque me niego a repetir 800 veces las cosas, sea porque la gente no entiende castellano básico, en la eterna insustancialidad del dialecto maltrecho que el resto llama "lenguaje". Y me cansé. De vuelta, por enésima vez. De la superficialidad, del impulso del querer figurar, de la extremada y básica simpleza en las prioridades de la gente. La gente, que sigue priorizando, admirando y rindiendo culto a las mismas cosas que nuestros ancestros los monos daban prioridad, admiración y veneración. Si hay una mayoría de simios ahí afuera, presos de sus juegos de ...