Se termina el año y con él viene la oportunidad dorada de cerrar círculos, vaciar cajones, separar lo útil y descartar el resto con la esperanza de trotar un poco más ligeros en la carrera que inicia -de nuevo- al arrancar un nuevo Enero. Hace varios meses (años tal vez) llevaba conmigo ciertas cosas que consideré poco importantes hasta que comenzaron a hincharse anormalmente, como el rostro de un boxeador con el correr de los rounds. Actitudes que toleré de buen grado hasta que se convirtieron en un problema. Emociones pasadas que hice carne y que hoy deben ser amputadas. Ideas osadas en el aire a las que habrá que cortarle las alas y servirlas apropiadamente para que cesen sus graznidos en mi cabeza. Cuando se me estafa, cuando se me miente, cuando se me falta el respeto, me he dado cuenta, sale lo peor de mí, que es también aquello que posee la energía más salvaje. Y con una mentalidad combativa, sale la posibilidad de hacer las paces con esa energía. De sacarle provecho. De s...
Hatajo de Textos, Atajos de Ideas