La nueva noticia es que terminé de leer Linchpin, de 2011,
libro que forma parte de la lista de las pocas cosas que las que me arrepiento,
y que decidí seguir con Shipping Creative Work, de 2020.
Ambos de Seth Godin, uno de mis Pelados favoritos.
La mala noticia es que empecé a (re)leer League of Extraordinary Gentlemen,
y sólo ojear página de comentarios (de gente que critica a Alan Moore
o a otros artistas extraordinarios sin haber escrito un cómic o producido
algo caballeresco en sus vidas) me disuadió de mi intento.
o a otros artistas extraordinarios sin haber escrito un cómic o producido
algo caballeresco en sus vidas) me disuadió de mi intento.
Mal ahí. Pero bien ahí, también...!
porque me dio una nueva idea que si no leés mañana,
ya habrás leído, o sino podrás leer en el futuro >> acá <<
Ahem. Volviendo a Linchpin.
Ideas que rescato y literalmente te muestro traducidas,
que creo es el mejor argumento para comprar y leer un libro.
(hasta que termine de traducir mi versión en argentino)
Muy bien; las ideas generales del libro están expuestas acá y traducidas para tu conveniencia.
Ahora sólo falta que asignes tiempo diario a hacer El Trabajo y te comprometas a Entregarlo.
Está permitido fallar. Fallar y volverlo a intentar te convierte en artista.
No está permitido quejarse. Un líder no se queja.
Y necesitamos que nos lideres. Sos la Pieza Esencial,
o bien empezaste este blog con la idea de aprender a serlo.
Cerramos.-
.
..
...
Bien! Tomamos el valor de cerrar La Enésima Puerta Abierta,
el paso más largo del Primer Camino que estamos destinados a recorrer.
Libreta en mano, dejaste atrás tuyo el centenar de motivos que te impedían avanzar:
El teléfono adherido a la mano, excepcional devaluador de interacciones verdaderas.
Las ventanas siempre abiertas, donde cualquiera interrumpe, sin permiso, a cualquier hora.
Los vicios que te vuelven más Mono que Sapiens, dirigidos por el cerebro de reptil.
Las acrobacias mentales que justificaban tu tendencia a compararte con terceros.
La irracional tendencia de agarrar un mapa ajeno y viajar sin dirección propia.
La última oportunidad de volver la vista atrás y decir "todavía me falta",
y arrepentirte.
...ah, no cerraste la puerta todavía?
Muy bien.
Tal vez aún, todavía, esa puerta está todavía abierta,
pero si llegaste a leer hasta acá, quiere decir que
tenés el picaporte en la mano y dos opciones.
Yo puedo esperar. Vos decidiste dejar de hacerlo.
Cerraste ya?
Bien.
Bienaventurados los Bienvenidos
Al Taller de Marca Personal.
O siendo más justos con la verdad (y parafraseando), dije que íbamos a trabajar, cuarto a cuarto, en las oficinas que conformarán inicialmente tu Taller de Marca Personal, de aquí en adelante, TMP.
El TMP, el primer lugar que encontramos tras cerrar La Enésima Puerta Abierta,
es un sitio en el que no existen sonidos. Sólo líneas y superficies.
Con un poco de cinismo, bien podría verse como los cuartos acolchados
de los locos que nos muestran películas y videojuegos.
de los locos que nos muestran películas y videojuegos.
Imaginá, eso sí, archiveros, escritorios y cajones de varios tamaños en lugar de las (sanitizadas?) almohadillas. Dentro de esos contenedores -que te devuelven la mirada inquisidores-, están Todas Tus Cosas. Todas, eh.
Los garabatos que hiciste de chico mientras tomabas la merienda; los juguetes y pequeños botines que la sabiduría del momento te dictó atesorar y guardar; las frases que repitió tu estrella de cine favorita que se grabaron a fuego, finas líneas grabadas en (brillante?) acero; las flores secas e inmortales, las notas mentales en papiros, y los tréboles perfectos de cuatro hojas.
Están los tornillos y las piezas de las cosas que desarmaste esperando poderlo reparar todo algún día por si hacía falta, y tal vez debajo de los cables y arandelas encuentres tus esperanzas, también.
Las promesas sin cumplir (y sin romper); las lapiceras de colores, los stickers, los crayones y las acuarelas. Y al lado, bien ordenadas, muy probablemente, infinitas Hojas Blancas.
Hay una pequeña trampa (y la razón por la que estamos acá):
yo no tengo ni idea de dónde está cada cosa, tal vez vos tampoco.
Tampoco tengo idea de qué es valioso y qué no.
Pero vos sí.
El TMP comienza abriendo esos cajones. Horizontales; verticales; apilados sobre dos pilas; los archiveros parecen trabados y oxidados o bien están a reventar de cerrados, y por otras cosas -que la sabiduría del momento, brillando por su ausencia, te dictó priorizar-.
Es un despelote; un kilombo; un desastre; Kosovo; un cogedero de gatos y todas esas frases que usaba mi abuela, o bien un desbole, una desgracia, un mamarracho, un conjunto de fantasías delirantes y todas esas cosas que los que hasta hace instantes atrás habitaban el mismo ambiente que vos te repitieron hasta el hartazgo.
Si hay caos, significa que puede haber orden. Si hay orden, hay una voluntad. Si hay una voluntad, hay una palanca; y si me das una palanca, vamos a mover el mundo. Primero, eso sí, vas a tener que ensuciarte las manos. Tal vez.
El primer paso es Ordenar tu Cuarto.
Son tus cosas después de todo.
Tienen un orden de prioridades si todo a tu alrededor se prendiera fuego.
Si la vida es un lienzo, el tiempo es el fuego que está debajo.
La llama más brillante arde más deprisa.
Tal vez alguien más pueda decirte por dónde comenzar a buscar o sugerirte qué cosas rescatar.
Tienen un orden de prioridades si todo a tu alrededor se prendiera fuego.
Si la vida es un lienzo, el tiempo es el fuego que está debajo.
La llama más brillante arde más deprisa.
Tal vez alguien más pueda decirte por dónde comenzar a buscar o sugerirte qué cosas rescatar.
Puedo ayudarte, tal vez, luego de que revises todo lo que tenés.
Hay algo ahí que conecta no sólo con tu pasado,
sino también con tu futuro ideal.
sino también con tu futuro ideal.
Tu Primer Camino, El Atajo A Destino:
Hay una brújula ahí que te mostrará tu Senda.
Hay una brújula ahí que te mostrará tu Senda.
Volvé a revisar todo -que no queden cajones sin abrir, eh!-.
Separá todo en dos montones.
A uno, así como llegaste a ordenarlo, lo archivás y cerrás con llave.
Si los podés amontonar, mejor. No es difícil, pero lleva esfuerzo.
Ahora, si sos de las personas corajudas, a ese montón lo prendés fuego.
Lo destrozás. Confetti. Lluvia de estampas, letras y otras líneas y superficies.
Magno Exorcismo. Profunda respiración (lejos del humo por favor).
Invaluable espacio y tiempo mental, recuperados, ampliados,
y puestos a punto (...eventualmente) en un solo gran movimiento.
Mis aplausos. Ya ingresaste al Top 50%, Los Que Hacen.
Al otro montón, ordenalo por prioridades.
La prioridad la da tu sentir por un lado.
Aquello que más te tira.
La prioridad de aquello que hacés porque te sale o porque te tortura,
La prioridad de aquello que hacés porque te sale o porque te tortura,
no porque se te remunere. Porque el siguiente paso es hacer que aquello
que te sale porque lo sentís, tenga la forma que tu audiencia espera recibir.
que te sale porque lo sentís, tenga la forma que tu audiencia espera recibir.
Ahí sí, pensaremos en remuneración.
Pero eso lo dejamos para un poco más adelante.
Mientras tanto, papel y lápiz, Evernote o lo que tengas a mano
para hacer tus dos montones, y comenzar a descifrar el sentido de tu camino.
---
Ya que llegaste hasta acá, te obsequio una manera de alterar el tiempo
para que se expandan las posibilidades de tu Práctica, Tu Trabajo y Tu Entrega:
Registrate con cuenta de Google, seguí las instrucciones y...
bienaventurados los bienvenidos
TMP Continúa el próximo sábado.
Hacé la tarea, sotreta.
Gracias por tu tiempo.
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