Bien; retomando del post anterior, donde hemos mencionado los pasos a seguir para ya tener alojado nuestro contenido en varios lugares de los que, a diferencia de lo que publicamos en redes sociales, podemos sacar provecho de nuestro trabajo en el futuro, estemos en el nivel de freelancing en el que estemos, a través del interés compuesto.
Las redes sociales (Facebook, Instagram) son las que se benefician de tus posts.
Gracias a ello tienen acceso a tu(s) lista(s) de contactos,
poseen un detallado perfil de tus y sus intereses,
del tiempo que pasás en cada plataforma
y de qué cosas estás inclinado a dar clic. De yapa,
todo contenido que crees (y todo tráfico que tu trabajo genere)
es de su exclusiva propiedad, en lo que a interés compuesto respecta.
es de su exclusiva propiedad, en lo que a interés compuesto respecta.
Vos te armás una cuenta, empezás a agregar y seguir gente, entrás en grupos, posteás y esperás la gratificación instantánea. Esos posteos son tu contenido que, sin importar cuál sea, genera tráfico para Facebook, usando tu cuenta como antena.
Por supuesto, te dan la posibilidad también de que hagas publicidad
y que sus algoritmos se encarguen del resto, para vos y para todos
los que están en el mismo rubro que vos, incluyendo aquellos
que pagaron (y pagarán) siempre más de lo que da tu presupuesto.
Entonces pasás tu cuenta personal de Instagram a "Cuenta de Empresas", les das acceso a tu tarjeta de crédito (y mayores datos de tus contactos), te sentís un empresario fenomenal y seguís creando contenido mediocre porque "total la publicidad se encarga del resto".
Con lo que pagás un año de publicidad en Instagram
comprás dominio y hosting propio por dos años.
Pero el día a día, la economía de dopamina y la ansiedad de todos y cada uno de los individuos en tus redes -incluyendo bots- hace que esta posibilidad quede en el fondo del barril sin ponderarse.
AHORA...
Supongamos que tenés un blog (no importa si es propio o no de momento) en el que publicás tus cosas. Servicios, ofertas, arte, productos, música, etc...
Entonces escribís 10 posts desarrollando algo en particular.
O simplemente posteás todos los días acerca de aquello que
esté relacionado con lo que deseás hacer/ofercer/vender,
investigar un poquito más acerca del público al que le gusta
lo que hacés/ofrecés/vendés... Y DESPUÉS posteás en redes.
Entonces, en lugar de subir un dibujo a Instagram y que quede en el olvido en menos de 24 horas,
subís el mismo dibujo a tu blog y redireccionás desde el post a tus redes, y viceversa. De esa forma es uno el que usa las redes, en lugar de a la inversa. En lugar de poner todo en la vidriera en tiempo real para una multitud de curiosos y morir poco a poco en la carrera al olvido, decidís invertir tu mejor tiempo en un producto que de gusto mostrar en la vidriera, y que irremediablemente atraerá más futuros clientes que la venta ambulante y sin propósito de figurar en Instagram o Facebook. Y lo mejor de todo es que cada vez que repliques o repostees o redirecciones lo que tengas en tu blog, vas a seguir siendo el principal beneficiado sin importar los años que pasen. No por likes o comentarios... sino porque tenés ganas de crear cosas y querés que la gente (TU gente) se entere.
En el post anterior reiteramos que con una cuenta en deviantART -que te provea acceso a un sitio web gratuito para atraer curiosos hasta que le agarres la mano al asunto- y te mostró un esbozo de lo que Pinterest es capaz de hacer por vos, ya podés comenzar a sacar provecho del tiempo que hayas invertido en redes... y es hora de recuperarlos.
Revisá con ojo crítico todos los posts pasados que hayas hecho en tus redes que no estén directamente relacionados con tu progreso; hacé copia, descargá, redireccioná, reescribí lo que ya hiciste. Y con todo ello, comenzá a publicar en tu blog. Usá las imágenes que hayas sacado para tu Pinterest, usá esas mismas imágenes en tu post y pegá el link. Si hay alguien interesado en lo que hacés, vas a ser el primero en enterarte.
Felicitaciones: ya formás parte del top 50% : personas que pueden sacar rédito a su contenido de manera escalable. Porque tu post de Facebook no lo va a recordar nadie de acá a un año (a menos que vos lo compartas en forma de recuerdos), pero de acá a un año en tu blog ese mismo post va a seguir siendo leído por personas curiosas. Y el siguiente año también, y el que viene después, ciertamente.
Hemos mencionado la utilidad de Evernote y Pomodoro Tracker en este post, que son herramientas creadas para brindar sinergia al proceso laboral independiente y a llevar un registro más ordenado de nuestras ideas, planes, proyectos y ambiciones.
Aún no hemos hablado de las formas de poder cobrar los ingresos que generemos a través de éste método (porque he ahí la mejor noticia de todas: si tu trabajo genera tráfico y vos tenés hosting y dominio propio, Google va a ofrecerte la posibilidad de tener pequeños ingresos por la publicidad que permitas mostrar en su sitio, que irán creciendo gradualmente sin que vos tengas que hacer mayor esfuerzo; en el sistema actual, ese rédito por el tráfico que generás se lo llevan Facebook e Instagram).
Lo desarrollaremos con enlaces y daremos cierre al Concepto de Cloud Portfolio pasando en limpio un esquema de trabajo que pueda servirte, lector, para usar de referencia y descubrir tu Senda lo antes posible.
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