Pasión- todo se trata de pasión.
Encontrá tu pasión. Viví apasionadamente. Inspirá al mundo con tu pasión.
La gente va al Burning Man para encontrar pasión, para estar rodeados de pasión, para reencender su pasión. Lo mismo pasa con las charlas TED y el ahora enorme SXSW y otros tantos miles de eventos, refugios y conferencias, todos ellos avivados por lo que, proclaman, es la fuerza más importante de la vida.
Ésto es lo que esa misma gente no te dijo: que tu pasión sea tal vez eso mismo que te está impidiendo obtener poder o influencia o algún logro particular.
Porque bastante a menudo, fallamos con -no debido a la- pasión.
Lo mismo es cierto para un sinnúmero de emprendedores, autores, chefs, dueños de negocios, politicos, y diseñadores de los cuales nunca escuchaste hablar-y de los que nunca oirás, porque han hundido sus propios barcos antes de siquiera haber levado anclas.
Como todo aficionado, tenían pasión pero les faltó algo más.
Para ser claros, no estoy hablando de preocuparse, de que algo nos importe.
Estoy hablando de una pasión de otro tipo - pasión desenfrenada, nuestra predisposición de lanzarnos a los que tenemos delante con todo nuestro afán, el "manojo de energía" que nuestros maestros y gurúes nos han asegurado es nuestro activo más importante. Es ese deseo ardiente e insaciable de empezar o alcanzar cualquier objetivo vago, distante y ambicioso.
Esta motivación aparentemente inocua está tan lejos de la meta que duele.
Recordá: "Fanático" es una manera cortés de decir "loco de remate."
Un joven jugador de básquet llamado Lewis Alcindor Jr., que ganó tres campeonatos nacionales con John Wooden en la UCLA, usaba una palabra para describir el estilo de su célebre entrenador: "desapasionado". Como en: no apasionado. Wooden no era el tipo de los discursos motivadores o inspiradores. El veía esas emociones adicionales como un estorbo. EN lugar de ello, su filosofía se trataba de estar ne control y hacer tu trabajo y nunca ser un "esclavo de la pasión." El jugador que aprendió esta lección de Wooden cambió su nombre a uno que seguro recordás mejor: Kareem Abdul-Jabbar.
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Imaginamos a Napoleón rebosante de pasión mientras planificaba la invasión de Rusia, y sólo liberado de ella mientras cojeaba de vuelta a su patria, acompañado por una fracción de los hombres con los que tan confiadamente había partido.
En muchos otros ejemplos vemos cometidos los mismos errores: invertir de más, invertir de menos, actuar antes de estar realmente preparados, romper cosas que requerían delicadeza- eso no es tanto malicia, sino más bien una borrachera de pasión.
[Parte II]
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