Dentro de la tonelada de epifanías, pensamientos, ideas y elucubraciones que suscitó Dark Souls (una de ellas incluída en este mismo blog), también generó, en retrospectiva, una increíble cantidad de situaciones ridículas y graciosas que me vienen a la mente, justo después de aquellas que hacen rabiar.
Y las almejas de las Cavernas de Cristal merodeando la antesala del cuarto de Seathe, con las que he pasado horas y horas yendo y viniendo, fueron lo primero que me vino la mente cuando ví el prompt del Inktober de este año.
Sin dudas y como mencionaré en el futuro *acá*, este evento es una oportunidad para todos los artistas: durante treinta y un días, todo el mundo estará expuesto a los prompts del evento, en sí mismo diseñado para generar tracción más allá de la distracción, para ejercitar los músculos creativos, la consistencia y también para generar chances de presentarse en nuevas comunidades (donde posiblemente haya potenciales clientes).
Esta es una de las tantas infinitas formas que hay de encontrar una
forma sustentable de vivir haciendo lo que a uno le gusta sin importar
días ni horarios.
Dark Souls es un juego con una audiencia de millones de variadas personas, y a lo largo y ancho de internet hay decenas de miles de sitios siempre listos para recibir trabajos o conocer nuevos artistas. Siendo además un elaborado y complejo universo de personajes, lugares y monstruos, provee numerosas oportunidades para crear prompts sin importar tu nivel de calidad o estilo artístico.
Y este es uno de los tantos motivos por los cuales aceptar desafíos como el Inktober y estar dispuestos a sorprenderse o descubrir algo nuevo bien vale la pena el tiempo, el esfuerzo y las ansias de curiosear.
Exactamente como Dark Souls.
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