Todos estos días leyendo Kiwifarms durante horas.
Específicamente, el hilo que empieza con un Youtuber furry llamado Kero y termina por exponer una red de adultos retorcidos con actos de perversión inimaginables, retratando en fotos, videos y ensayos el abuso perpetrado a sus víctimas, vivas o no.
No soy de la época del trigger warning,
pero agradezco las descripciones y los recaudos que muchos posteadores tomaron. Porque hay imágenes que no querés ver jamás en tu vida.
La sensación de perder la fe en la humanidad va mucho más allá de lo que sugiere el cliché.
Paradójicamente, los detalles que iban revelándose y la sensación de inmunda impunidad hizo por lo visto hervir la sangre de muchos anónimos para registrarse en el sitio y colaborar a su manera para que este conjunto de perversos reciba algún tipo de retribución por la inhumanidad de sus actos.
Es fascinante la forma en la que funcionan las mentalidades.
La de manada, la de caer en la falacia, la de salir a defenderse, la de salir a acusar a otro para que no te investiguen a vos...
Muchos de los nuevos registrados resultaron pertene-ser (en donde la sensación de pertenencia se mezcla con la autopercepción) a la comunidad furry, en la que sos... o te hacés).
Dentro de estos pertene-seres estaban también los los penetra-seres que buscaban una excusa para trazar una línea imaginaria entre situaciones indefendibles (esto es, los que teniendo sexo con animales se horrorizaban de quienes además los torturaban sexualmente hasta la muerte, o éstos últimos viendo a los practicantes de pedofilia o a los políticos conservadores como los verdaderos monstruos).
Nunca el tuerto se rió tanto del degollado.
La realidad es que todos tienen
un set de estándares morales o cuanto menos,
de reglas que acatar -o rechazar- en plural;
En cada partido de fútbol están las populares, las plateas y los palcos, más las respectivas tribunas que, sabiéndose segregados, crean un cancionero diseñado no para alabar a Dios ni al equipo, sino para desacreditar al rival y a su afición, amparados por los colores de una bandera en comun con camisetas de diferentes épocas, tamaños y calidades.
En cualquiera éste en distintas partes del mundo a esta hora debe haber un oficialismo -y/o una oposición- con disputas internas escandalosas (muchas veces, intolerables o imperdonables) que se barren bajo la alfombra cuando llega la hora de pelearse contra los enemigos para las cámaras y/o para las básicas audiencias electorales que persiguen como las moscas siguen a las hienas que les auguran sustento.
Retomo.
Leyendo la catarata de mensajes en decenas y decenas de páginas con centenares de opiniones, reacciones, actualizaciones, discusiones, se ven tan claras dichas mentalidades expuestas.
La de Manada, primero para comunicar lo ocurrido, coordinando archivos de imágenes, videos, declaraciones, testimonios. No demoró en convertirse en una Cacería de Brujas - o puesto mejor aún, una Cruzada: una causa que elimina diferencias en pos de un objetivo común amparado en las leyes de Dios (o el sentido común).
No faltaron aquellos que comenzaron a hacerse algunas preguntas más, o bajo escrutinio mayor se vieron obligados a reconsiderar sus límites morales -ubicados en diferentes espectros de la depravación- decidieron dar un paso atrás, mientras que otros silenciados y, aislados por la comunidad furry decidieron dar un paso adelante y contar sus experiencias con algunos de los monstruos que hábilmente se ocultaron durante décadas bajo trajes de peluche, máscaras caricaturescas y ojos de plástico.
Luego apareció también la mentalidad del Arrepentido, con más de un posible responsable de los actos perpetrados buscando una forma de delatar a otros a cambio de su seguridad. En este tramo más de un especialista informado en diferentes materias (biológicas, de derecho, filosóficas, caninas, etc) alimenta el conocimiento grupal con información precisa y fidedigna para la posteridad.
Está la mentalidad del Traicionado también, que dobla el camino de quien la padece, o lo quiebra en el proceso. Gente que condena abiertamente estos actos y al mismo tiempo reconoce el daño de reputación que recibirá su comunidad, buscando racionalizar la gravedad del asunto haciéndolo inclinar para su lado en nombre del pertene-ser al mundo furry. Muchos abusos y atrocidades ocurridos, comunicados e ignorados por los respectivos "cabecillas" de los distintos círculos, que estallaron furiosos ante estos "arruinadores de reputación" que traían testimonios al público y arrojaban luz en los sitios de inimaginable oscuridad...
Gente que estuvo en contacto con muchas de estas amenazas a la sociedad, intentando normalizar leyes contra-natura y excediéndose con la interpretación de los permisos concedidos por El Creador a la hora de transitar el siglo XXI también, por montones. Y no todos sodomizaban animales.
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