La ilusión de la inmersión, cuando está bien lograda, se siente auténtica.
Es un artificio y ocurre en el terreno virtual. Pero sin embargo, la sensación es real.
Nos genera el equivalente a la ilusión de la realidad de los libros clásicos y de los libretos de moda. Pero nos acerca de una forma en la que no hay equivalentes en las estrellas de cine.
Porque es una historia que escribís como jugador a través de los ojos de tu personaje.
En un firmamento construido sobre bases y reglas consistentes a lo largo de las décadas,
habiendo tenido la posibilidad de re-utilizar, re-inventar y re-interpretar los elementos fundamentales de la franquicia, New Vegas demuestra ser la constelación más brillante del Universo Fallout, y la visión mejor llevada a cabo de todas.
Esto se siente cierto trece años después de su fecha de salida original.
Los ecos de una leyenda remozada, optimizada y mejorada con cada año que pasa.
New Vegas mejora con el paso del tiempo, como los vinos de verdad y la voz de Frank Sinatra. Es la sensación de autenticidad que emana de aquello que puede considerarse -cuanto menos, en el Mundo de las Ideas, el mejor Western RPG de todos los tiempos.
Y todo este exceso de aparentes exageradas alabanzas no significa que sea perfecto.
Citando a Jonatan Blow: "las cosas auténticas tienen fallas, tienen vulnerabilidades. Si no notás una vulnerabilidad en alguien, probablemente no estés comunicándote a un nivel auténtico."
Creo que, sin controversia ninguna, se puede aseverar que los modelos de personajes manejador por el motor Gamebryo utilizado por Bethesda son fundamentalmente feos, de movimientos y variedades faciales o bien muy limitadas o bien ...antinaturales, que son difíciles de digerir considerando la dirección cinemática y los logros gráficos de los juegos salidos ese mismo año (Red Dead Redemption, Mass Effect 2, God Of War III).
Desde ya que la dirección artística de todos esos títulos obedece a diferentes funcionalidades y las comparaciones son odiosas, pero en lo que a aspecto gráfico respecta para títulos AAA son tan necesarias como inevitables.
Añadiendo sal gruesa a las heridas, el juego base lanzado en 18 meses está atestado de problemas de estabilidad o bugs, su presentación visual inicial muy poco inspirada, o las grandes porciones de juego removidas por falta de pulido, son algunos de los puntos flojos del ambicioso RPG Post-apocalíptico que se esperaba de los creadores originales.
Esas evidentes falencias marcaron al juego como sucio, roto o ignorable en su lanzamiento inicial, y por todos los motivos que la "prensa informada" de aquel entonces consideró apropiados.
Pero como la polvareda caliente en el sobretodo de cuero, las manos quemadas por la pólvora y el olor de los animales de los Far West, New Vegas agarra todo -Lo Bueno, Lo Malo y Lo Feo- y lo hace funcionar con sorprendente efectividad (considerando el tiempo de desarrollo de 18 meses).
Y
es allí cuando ves atardeceres impactantes sobre el desierto después de
haber explorado una caverna a oscuras, o ves tu último cartucho de
escopeta volándole en cámara lenta la pierna derecha al bandido de turno
mientras improvisás una ruta de escape, o ves el fruto de tus acciones
sobre campos de cultivo más prósperos, menos violencia en las calles y
más variedad de artículos en los mercaderes.
Es en esos momentos creados de forma completamente natural y sin mods
(con uno de los motores gráficos más antinaturales del mercado) que uno
se sorprende ante la sensación de autenticidad que New Vegas,
sirviéndose de lo virtual, es capaz de hacernos sentir en lo real.
Citando a Todd Howard: "todo esto simplemente funciona".
Y sigue funcionando durante horas, y horas, y horas.
Hay misiones que son un tedio de caminatas o sucesos, pero el itinerario elegido, el orden de los sucesos y la desconcertante flexibilidad y oferta de sistemas para resolver los problemas a mano le dan a toda la experiencia un sabor distintivo, y adictivo.
Podés tener un personaje templado en whisky, drogas duras y un buen surtido de antídotos para superar una ruta infestada de animales mutados diurnos.
O podés tener un personaje no combativo con la habilidad Afinidad Animal y que pueda marchar por el desierto exento de sus mayores amenazas nocturnas.
En menos de dos horas de comenzado el juego, un uniforme robado y una puntuación moderada en Sigilo te pueden dejar legalmente en las puertas del mapa final, eximiéndote de falsificar un pasaporte, juntar 3000 chapas que es el precio de entrada, explorar un taller cargado de trampas para encontrar una contraseña de hackeo o pedirle un favor al Rey en Freeside. Ah, y todo eso sin tener que andar parando en cada pueblo y cada región de cada facción.
O hacer la experiencia lo más inmersiva posible, activar el modo Hardcore (que tiene medidores de Hidratación, Comida y Sueño y reglas especiales para los objetos de curación y los potenciales compañeros que podamos reclutar), y atreverse a experimentar un Universo único, peligroso e irreplicable, actuando como un espía caníbal para sabotear a la facción rival sin dejar testigos, y manteniendo las apuestas elevadas hasta que los demás oponentes estén obligados a mostrar sus cartas.
Sin importar las preferencias personales que uno tenga como jugador, New Vegas tiene algo para ofrecer, sorprender o enganchar en lo orgánico de su mundo, lo intrincado de las misiones y las decenas -y decenas- de combinaciones de finales posibles. Alguna de todas sus aristas toca algunas de las paredes que percibimos o identificamos como realidad, y nos transforman la vida, dándonos la libertad de experimentar enfoques y perspectivas en la ficción que enriquezcan nuestra relación con la realidad, su entorno y sus integrantes.
Toda obra de arte tiene ese potencial.
Pero sólo un manojo de ellos logra, de una forma o de otra, explotarlo al máximo.
Y Fallout: New Vegas es parte de esos pocos. Es auténtico.
Como dijo Robin Buenchico en las páginas de Sandman: "Nunca ocurrió tal cosa, y sin embargo es cierta! Qué clase de magia es ésta?"
Como decían mis abuelas: "Cosa de Mandinga."
Continúa en Episodio V: Vindicado.
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