Empezó Octubre y
con él empecé Inktober
por quinta vez consecutiva.
En 2019 fue una soga para salir del abismo.
En 2020 fue una excusa para aprender a editar video.
En 2021 fue una estrategia para medir redes sociales.
En 2022 fue una prueba de portfolio lista para impresión.
En 2023 fue una rebelión contra la inteligencia artificial.
Lo que será este año, sólo podrá leerse el año que viene.
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Creo
que hay un gran valor en los inicios y orígenes.
Pienso que es obligación moral de
cada individuo hacer valer los suyos, si se pretende generar vínculos
honestos y transparentes con las audiencias y el entorno.
Para
mí, Inktober comenzó siendo el empujón que necesitaba para retomar el
nivel y frecuencia de mi producción artística en 2019. Fue el inicio de mi renacimiento. Fue el origen de la visión sobre la cual se vertieron esfuerzos, experimentos y ensayos a lo largo de diferentes plataformas y con el paso de los años, hasta el post del día de la fecha.
Cuatro
años y 144 ilustraciones más tarde, Inktober se transformó en una
medida consistente para evaluar mi evolución artística, retomar la marcha y conservar la inercia favorable.
Sigo recomendándolo todos los años.
Y como todos los años, cuanto antes empieces, mejor.
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Por el momento, para mí Inktober 2024 es:
1) Un post retrospectivo compartido en 5 redes sociales. Ko-Fi, Facebook, LinkedIn, Minds, Threads - en orden de valor del like.
2) Una transmisión en vivo del proceso completo en dos canales. Twitch en inglés en días impares, Kick en español en días pares.
3) Una ilustración lista para imprimir. Esto es lo único que requiere Inktober de sus participantes.
Esta me pareció la mejor forma de despertar el interés por mi trabajo de forma orgánica en las tierras regidas por la tiranía algorítmica.
Y finalmente,
5) Un post con links a 1, 2, 3 y 4 en 5 redes sociales. Ko-Fi, Minds, LinkedIn, Threads, Facebook - en orden de relevancia orgánica. Esto es: dos posts al día en las redes que uno mantiene activas o relevantes.
Multiplicar por 31 (treinta y uno).
Explotando al máximo las posibilidades de una ilustración y los canales de difusión óptimos en los tiempos que corren, de la forma más orgánica (acaso ética) posible.
En eso ando.
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A eso le sumé incorporar Substack para difusión de mi marca personal y el archivo de mis trabajos.
Blogger se ha convertido más en un callejón de archivos olvidados que en una plataforma potable para hacerse propaganda. Wordpress se ha vuelto obsoleto, y tal vez tenga mejor tráfico o prestigio que Blogger. Aún así ha quedado en el camino por las nuevas formas de centralizar el acceso al propio contenido.
Sin dudas volveré acá alguna vez cada tanto, y lo que tenga para compartir valdrá la pena, espero. Pero ya me quité de la cabeza la idea de generar tracción hacia esta dirección del conurbano internetense. Hay varias cosas de este sitio que son mucho más que un mero graffitti destinado a morir en una de las tantas paredes mal iluminadas.
Por ello, Substack parece ser el mejor lugar para migrar contenido generado en este sitio (y otros) hasta el día de la
fecha, y una gran herramienta para incorporar al arsenal de un Freelancer.
Cuando le tenga un poco más agarrada la mano al terminar el Inktober voy a hacer una reseña.
Mientras tanto... los relatos continuarán en
https://substack.com/@hrzgraph
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