"Toda batalla se gana antes de ser peleada."
–Sun Tzu
Esta
lección va más allá de la guerra.
Si bien
la mayoría de nosotros jamás elegiría jugar la vida en modo difícil, eso es
exactamente lo que hacemos cuando nos ponemos en una mala posición.
Una forma
de visualizar esto es a través del lente del juego de billar. Nos enfocamos
tanto en hacer el tiro inicial que fallamos al no considerar cómo posicionar la
bola para el siguiente disparo.
Cuando vamos a hacer ese disparo, es más
difícil de lo que debería ser.
Considerá
un par de formas simples en las que quedamos mal parados.
Pedimos
prestado demasiado dinero. Todo funciona perfecto hasta que deja de hacerlo.
Cuando las cosas inevitablemente cambian, nos hallamos pobremente posicionados.
Lo que parecía una ventaja se convierte en una pesadilla.
Tratamos
de ahorrar dinero en los lugares equivocados. Nos quejamos de los 500 dólares
por hora del abogado con años de experiencia relevante y optamos por pagarle
200 al abogado que dice las cosas adecuadas. Inevitablemente, nos hallamos
pagando por ellas para aprender la lección que cuesta 500 dólares por hora.
Y
hacemos lo mismo cuando se trata de hacer compras.
Con frecuencia optamos por
la opción 'más barata' sólo para darnos cuenta de nuestros errores. Como dice
el dicho, comprá bien o comprá dos veces. Lo más barato en el momento muy pocas
veces resulta siendo barato en general.
Ganamos
el momento a costa de la década.
Sobran ejemplos de esto por todos lados. Por
ejemplo, nos salteamos el mantenimiento necesario de recursos indispensables
para exprimir ganancias, acumulamos deuda técnica que permanece impaga, y
monetizamos amortiguaciones y márgenes de seguridad.
En el proceso, el impacto
más pequeño puede causar daños masivos.
Fallamos
en cuidarnos a nosotros mismos. No comemos de forma saludable, no dormimos
bien, ni ejercitamos lo suficiente. Cuando
aparecen los problemas, estamos mal posicionados para lidiar con ellos.
Intentamos ahorrar tiempo. Intentamos terminar un trabajo a las apuradas y temblamos cuando tenemos que arreglar nuestro errores.
Estar en
la posición de capitalizar los malos tiempos requiere cosas distintas a cuando
las cosas van bien. Esto va en contra de la naturaleza humana –no queremos
quedar como idiotas cuando las cosas van bien, aunque el hacerlo nos ofrezca
una ventaja imparable cuando las cosas se compliquen.
Los buenos tiempos
eventualmente llegan a su fin.
Como dice Warren Buffet: "Sólo cuando la
marea se aparta es que te das cuenta quién estaba nadando desnudo."
La
lección principal acá es siempre posicionarte lo mejor posible sin importar las
condiciones futuras.
Esto no sólo implica evitar problemas costosos, sino
también ubicarse en una posición en la que puedas siempre jugar ofensivamente.
La
brillantez aparenta ser ventajosa en el momento, pero el posicionamiento termina ganando al final.
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