Qué sucede cuando no formás parte del juego de Big Tech?
Cuando llegás a la conclusión de que Instagram no es más que una máquina tragamonedas que en vez de fichas consume neuronas, en las que se premia la constancia de la mediocridad (la foto fotocopiada, el paredón de hashtags, las prostitutas mostrando el culo) y busca hacérsela pasar por relevancia conversacional?
Cuando descubrís que no importa la calidad de tus contenidos en Facebook ni la profundidad de tus pensamientos, sino la plata que pongas para que lo que posteás les aparezca a los potenciales interesados - siempre y cuando otro mediocre de tu rubro no haya puesto más plata que vos?
Cuando observás desde la lejanía la forma en las que las nuevas generaciones se desesperan por figurar en esa basura llamada TikTok y aprenden las lecciones equivocadas de la exposición masiva, que los lleva directamente a depender -de una manera enfermiza- de otros disolventes del espíritu como Twitter y OnlyFans?
Cuando el grueso de las horas de tu día se reparte entre videos de YouTube que no hacen más que lucrar con la negatividad; o en escupir frases hechas fáciles de memorizar para fingir prestarle atención a la persona que tenés enfrente mientras en simultáneo te sumergís en la vacuidad de Whatsapp?
--
Qué sucede cuando tenés ganas de hacer algo genial, y el terraplén de mediocres desesperados por figurar le pasa por arriba a la importancia de lo que deseás transmitir, mientras exige recibir siempre lo mismo?
Qué ocurre con la obra de Toriyama cuando lo único que te importa es que siga habiendo Dragon Ball?
Qué pasa con las viejas buenas ideas que han quedado en el fondo de un cajón porque poseen una variedad de sabores demasiado complejos para el paladar acostumbrado a consumir chatarra?
Qué destino les aguarda a las nuevas ideas en el mundo del refrito permanente en que se han convertido estos tiempos modernos de música hipersimplificada, imágenes autogeneradas y literatura avergonzante?
---
Todo tiene una sola respuesta.
Pero estás muy ocupado repitiendo lo que dicen los demás
como para vocalizar conclusiones propias.
Estás tan enamorado de tu propia voz,
que buscás formar parte de cualquier conversación,
con tal de evitar pensar en tu irrelevancia algorítmica.
El día que mueras vas a morir para siempre.
Tus likes van a desaparecer, y también lo harán tus seguidores.
Tal vez sea hora de considerar empezar a vivir ahora.
La única manera de salir de esta era de estupidez, es volver a la influencia micro, en el entorno inmediato. Seguir eligiéndonos como prioridad, ser el cambio que esperamos. Eso sí: podemos llegar a sentirnos muy solos.... Una selva oscura y críptica, si no decimos lo que todos necesitan escuchar.... Excelente análisis.
ResponderBorrar