Lo leí alguna vez en el manual de juego de Hombre Lobo: El Apocalipsis, "los seres humanos nos alimentamos de historias."
Hombre Lobo -y Mundo De Tinieblas en general-, Calabozos & Dragones y Pathfinder, jugar a los astronautas como los chicos, o jugar al doctor o a la mamá con sus muñecos como las niñas, el teatro para los actores… todos estos son juegos de rol: una serie de dispositivos literarios con reglas acordadas en conjunto que permiten a los participantes crear una experiencia compartida con la imaginación como lienzo y la realidad como pincel.
Estos juegos de rol son los más prácticos para aprender a ponerse en los zapatos -o interpretar el papel- de alguien más.
Un gran lugar para dar forma a nuevos personajes, monstruos, escenarios, situaciones…
Un magnífico arenero para para contar -y construir- historias. Una pintoresca fogata en torno a la cual reunirse con la tribu, recomendarse lecturas -canciones, juegos, películas- e intercambiar experiencias.
Un lugar para subir de nivel. Porque después de la experiencia del juego de rol, tu mente nunca vuelve a ser la misma.
Las planillas se convierten en personajes de carne y hueso, como enanos o elfos. Las fichas se vuelven goblins, orcos y kobolds. La mesa se vuelve taberna, luego llanura y luego cueva en un abrir y cerrar de ojos, para todos los presentes.
Gracias a la magia y poder de las historias, una habitación mundana y sus residentes se transforman en un grupo de aventureros en donde la imaginación -siempre que medie el común acuerdo- es el límite.
Hoy en día no se necesita mucho para jugar al rol, excepto tal vez un grupo de personas -al cual hoy se puede acceder gracias a la oferta de campañas de rol llevadas a cabo remotamente por stream, chat o servidor privado.
El siglo pasado, si no tenías amigos que jugaran, no había nada que pudieras hacer.
Por qué mencionar el juego de rol en medio de un ensayo acerca de llevar un diario? Vayamos en contramano un momento y busquemos responder ésta pregunta con algunas preguntas…
Cómo aprendés a ponerte en el lugar de los demás?
De qué manera determinás la originalidad de tus ideas?
Qué tan hábil sos para improvisar una solución sobre la marcha?
Cuán predispuesto estás a acatar órdenes dentro de un grupo?
Cuáles son tus reacciones instintivas ante el peligro inminente?
Uno de los objetivos de llevar un diario, es tomar nota de las cosas que deseamos para nuestro futuro más allá de lo que dicte el paradigma moderno del sentido común (que pareciera decir "comprá esto, seguí éstas reglas, no te pierdas ninguna novedad ni te prives de nada" en simultáneo y con diferentes volúmenes).
Cómo poder plasmar tus deseos para el futuro, cómo saber si estás en la Senda apropiada para alcanzarlo, cómo traer a la realidad las hipótesis que formulás para vivir una vida plena, sin una mezcla diaria de imaginación y diligencia de tu puño y letra?
Todas las preguntas importantes se responden en el mismo lugar. Incluyendo la de tu Destino: llevar un diario equivale a jugar a ser tu Yo Futuro, sin dados, mapas, manuales, ni fichas… pero con reglas claras y autoimpuestas, tan claras y legibles como te las permita tu Yo Presente.
Si sos incapaz de interpretar el rol de tu Yo Futuro, que es también tu mejor versión de vos mismo en su forma de hablar, actuar, vestir e interactuar con la realidad… cómo vas a convertirte en él?
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