En el Episodio II hablamos de las historias de nuestros posibles compañeros, y de la importancia de los vínculos creados en torno a las acciones de nuestro personaje.
Y las cosas que empujan a nuestro personaje -o señalan vagamente hacia una dirección que interese lo suficiente como para ir- están relacionadas a diferentes facciones integradas por jugadores clave.
En un principio -aunque al final del camino- se encuentra nuestro salvador y futuro empleador, el Sr. House, dueño de New Vegas.
Desde los confines de la Costa Este, expandiendo las rutas de comercio y los espacios políticos, viene la República de Nueva California, el NCR.
Aterrorizando y asimilando 86 tribus del Yermo, y apoyada en espías, esclavitud y brutalidad, marchan los regidos por César, avanza La Legión.
En contexto meta-textual, éstos son los grandes jugadores, los peces gordos del póker, apostando vidas humanas en pos de quebrar la banca. Todos los eventos que llevemos a cabo alterarán la balanza de poder en favor de alguna de estas tres facciones.
Todas piensan tener un as bajo la manga. Todas han mostrado en sus manos iniciales su visión de la civilización.
Proveyendo los croupiers, el espectáculo y las bebidas, están las Tres Familias; educados y civilizados gracias a la visión del Sr. House: Los Presidentes, La Sociedad del Guante Blanco y Los Omerta. Cada familia tiene sus propios acuerdos y pactos para regentear las mesas, cada una preservando una historia, una reputación o una naturaleza que los distinga.
Un poco más alejados de las mesas principales, en torno a una ruleta, en el mismo casino, hay otras pequeñas facciones.
Estan los Grandes Kahns, mezcla de guerreros mongoles y atuendos motoqueros, una tribu de bandidos originada en Fallout 2.
Luego los Seguidores del Apocalipsis, científicos, médicos y educadores con variedad de trasfondos y orígenes aparecidos por primera vez en Fallout 1.
Luego está la Hermandad del Acero, buscando acumular más tecnología mientras pugna por no perder la batalla que les cueste la guerra. Y tras ellos, los Van Graff.
Y claro, también están los Reyes, dándole una impronta única al significado de Libertad, liderados por El Rey de los Hombres Libres.
Todas estas facciones tienen sus propios intereses, pero dependen de quién resulte vencedor en la mesa grande. Y nuestro personaje tendrá trato con todos ellos en algún momento u otro de la partida y deberá tomar decisiones.
Hay otros jugadores en torno a las tragamonedas, con su propia perspectiva del azar, la política y la tecnología en las historias adicionales en torno al conflicto principal. Jugadores que lo han perdido todo, jugadores que no tienen nada por perder, y adictos al juego...
Al ambiente del Far West y al tono post-apocalíptico habitual de la franquicia se le suman las luces centelleantes de la posibilidad, del placer que causan sólo las bebidas más fuertes y las apuestas más finas con los casinos de New Vegas.
Casinos edificados sobre historias de historias, con anclas y legítimos legados en el mundo real. Un mundo real que a trece años de salida de este título todavía resuena en nuestra sociedad, sus aciertos y sus errores.
Continúa en Episodio IV: Verdadero Versus Virtual.
Comentarios
Publicar un comentario