Como pantallazos en el transcurso de éstas semanas me llegaron, estroboscópicas, docenas de imágenes, fotos y recuerdos. Memorias de compartir salón, cantina y recreos... pero también biblioteca. Del buen corazón acompañado por el juicio, la reciprocidad y la razón. De haber encontrado a alguien con quien compartir, y competir. Un amigo; un rival. Alguien a quien respetar. Instantáneas fugaces - como las luces de Island VIP - de las tardes en tu casa. Leyendo, dibujando, escuchando música durante horas y días, y a través de los años. Examinando las letras de Serrat y a la par, la pronunciación de "Firestóne". Leyendo "Poderoso Caballero es Don Dinero" en voz alta, con absoluto desparpajo. Imagino -en mis limitaciones- los senderos que te ha tocado recorrer, y qué cosas -nostalgia más, circunstancias menos- recordarás. Imposible, eso sí, olvidarse de tu discurso de promoción. En esta era de autolobotomías, me pregunto qué cosas una mente como la tuya, con un e...