Esto es, desde luego, el desastre de la cultura de la comparación, y los jóvenes no son los únicos que sufren por ello. Olive Watts, de 31 años, oriunda de Londres, se encontraba hace dos años atrás en la oficina de un terapeuta, todas las semanas, sufriendo de una paralizante ansiedad. "Me sentía como una versión inferior a mí misma. Que no era lo suficientemente inteligente, delgada o atractiva," dice. "No podía ver las grandes cosas que ya eran parte de mi vida, sólo me enfocaba en las cosas que no tenía."
Olive no está sola. El aumento de este problema inducido por Instagram ha llevado a la creación de un nuevo rol - el primer coach de comparación del mundo, Lucy Sheridan. "Todos mis clientes hablan de Instagram como Olive", dice ella. Ella los acompaña para que comprendan que lo que ven en las grillas casi nunca es real.
En pos de generar conciencia de esto es que la periodista e influencer Katherine Ormerod escribió el libro Why Social Media Is Ruining Your Life en 2018. Ella dice que ahora busca publicar contenido más 'real' en Instagram. "pero creo que es casi imposible separar fantasía de realidad. Podemos ver una foto, y saber que está editada, y aún así tendrá un impacto psicológico. Aún seguís pensando: 'cómo me gustaría ser así de feliz/delgada/exitosa'."
"Instagram es el Las Vegas de la comparación," asiente Lucy, repitiendo lo que muchos expertos con los que he hablado han expresado - comparando Instagram con una máquina tragamonedas.
Después de todo, empujamos la parte superior del feed para obtener novedades, hacemos scroll para vez más, quizás apostando con nuestros cerebros y su salud mental cada vez que lo hacemos.
Cómo perder amigos e influenciar a las personas
Sé lo que estás pensando. Hasta ahora, todas las pruebas apuntan al hecho de que estamos viviendo en una distopía digital. Y aunque eso pueda sonar exagerado, es cierto que han surgido códigos de comportamiento completamente nuevos desde que iniciamos sesión por primera vez.
Kathrin me habla sobre el ‘phubbing’ (usar tu teléfono en compañía) y cómo los científicos están investigando el impacto que esto puede tener en el desarrollo social. Y la Dra. Amy Orben, psicóloga de la Universidad de Cambridge, me dice que las redes sociales han cambiado la forma en que los humanos forman amistades.
“El modelo social se basa en el intercambio recíproco de información que ocurre con el tiempo y de manera equilibrada. Las redes sociales rompen ese modelo”, dice ella. “Podemos obtener una gran cantidad de información sobre alguien sin revelar nada sobre nosotros mismos. Creo que eso está causando cambios importantes en cómo nos conectamos con las personas”.
Instagram también está teniendo un gran impacto en la propagación del narcisismo por sobre el sentido de comunidad. Irónicamente para una red ‘social’, el 80% del contenido en Instagram somos nosotros hablando de nosotros mismos, comparado con el 30-40% de auto-referencia que suele ocurrir en una conversación cara a cara.
Todo ocurrió cuando Instagram pasó de ser una humilde aplicación para compartir fotos a ser la casa del selfie y lugar donde nació ‘el influencer’ – la idea del individuo como marca.
“Los millennials ven las redes sociales como un espacio para documentarse a sí mismos”, dice Sara McCorquodale, autora del libro Influence y fundadora del estudio digital Corq Studio. “Y esa interpretación de lo qué son las redes sociales ha sido clave para cambiar comportamientos más amplios.”
Desde luego, no tenés que ser un influencer para pensar de esta forma. Tomemos la opinión de Rhiannon Simmons de 26 años, adicta confesa a Instagram: "Veo mi vida como una serie de oportunidades para sacar fotos y me estreso por ello". Su trabajo – o vida – no depende de su feed, sin embargo, siente “esa constante y pasiva presión” para publicar.
Me pregunto cómo se ve esto para alguien que nunca ha estado en Instagram. Ianthe Carter, de 29 años, ha evitado la aplicación toda su vida. “Me parece muy raro que la gente parezca estar consciente de que se trata de construir una imagen y aún así lo haga de todos modos”, dice ella. “Veo a mis amigos tomando fotos de lo bien que la estamos pasando, en lugar de experimentarlo. No lo entiendo”.
Continúa mañana.
[Prólogo] - [Parte I] - [Parte II] - [Parte III] - [Parte IV] - [Parte V]
Comentarios
Publicar un comentario